Nada podía hacer presagiar al periodista chileno, y con nacionalidad española, Manuel Jesús Muñoz Amar, que la misión para la que logró ser escogido por sus empleadores de El País –entrevistar en Siria a los líderes del Estado Islámico– iba a significar un cambio más que sustancial en su existencia. Si sus nombres de pila resultan más que ofensivos para los responsables musulmanes, el hecho de hablar árabe, gracias a la educación de su madre, le salva la vida, pero no lo libera de toda una serie de imposiciones, como la de convertirse al islamismo, y de trabajar escribiendo artículos que ensalzan las actividades de sus captores. Paralelamente a los infortunios del periodista y a la rememoración de su cautiverio, la novela cuenta la trágica historia de Munira, la joven kurda yazidí, capturada por los islamistas y que, considerada como botín de guerra, es vendida y esclavizada. Ambos personajes, que en medio de circunstancias azarosas terminan conociéndose en una cárcel de Raqqa, son testigos y víctimas de un mundo de violencia y crueldad, en el que concurren impotencia, nostalgias, dolores, miedos, pero también protagonistas de un impresionante torbellino de emociones. Con un estilo ágil e incisivo, que también se preocupa por el contexto histórico, Bajo el yugo del califato actualiza con eficacia algunos de los elementos que caracterizaron la llamada novela bizantina, en particular el que concierne una trama en la que una pareja de amantes va superando los obstáculos que impiden la concreción de sus sentimientos.