Belén Arredondo vuelve a Colbún, un pueblo escondido habitado por personas que cultivan la tierra y, a pesar de la inercia y tedio, el cautivador embrujo del lugar, rodeado de árboles, un canal y la naturaleza en exceso amable, impide que lo abandonen. Pasividad que se ve interrumpida por la llegada de “afuerinos” que trabajan en la construcción de una central hidroeléctrica. Tras años de humillaciones, abortos derivados del maltrato dado por su esposo, y para recuperar su bienestar y salud tanto física como mental tras una condena, Belén regresa a su pueblo, al lado de su madre y familiares. Será en Colbún donde comienza a revivir su infancia, juventud y vida adulta; y dónde recibe de su abuela materna en calidad de herencia La biblia de Lilith. Se desconoce la autoría de quién compiló los escritos en un solo corpus, también dónde nació la primera edición de este libro, sin embargo, se tiene la certeza de que fue reimpreso el año 1570 y su última edición, corregida y aumentada en 1940. Allí se narra la historia de la primera civilización, creada por la Diosa Em, cuyo desarrollo, apogeo y desaparición fue escrita en tablillas por su hija Lilith. Luego, la historia de la segunda civilización, hasta la era actual, donde se encuentran las biografías de mujeres que consumaron importantes aportes y no fueron incluidas en la historia ‘del hombre’, develando cómo el intelecto de esas protagonistas logró dejar una marca indeleble en la humanidad. A medida que Belén se interioriza de su contenido, las luchas y experiencia de aquellas mujeres le sirven de ejemplo para enfrentar y sobrellevar sus propios conflictos, como así también para sacar adelante una nueva vida, dejando atrás las marcas de la agresividad de un esposo violento, de su pasado, y dando a conocer el desamparo judicial y social al que está sometida toda mujer en su condición.